Saturday, May 8, 2010

Expiación







“Expiación” está basada en una novela de Ian McEwan del mismo nombre (“Atonement” en inglés), que cuenta la historia de dos amantes separados por una mentira en el escenario de la Segunda Guerra Mundial. La película, en el fondo, no es tanto una historia trágica de amor cuanto una advertencia sobre el peligro de tener una mente literaria (o, como se diría hoy, imaginativa).
Durante un caluroso día de verano de 1935, en la mansión de campo de los Tallis, Cecilia, la hija mayor, y Robbie, el inteligente hijo del ama de llaves, descubren la pasión que sienten el uno por el otro, al tiempo que Briony Tallis, la pequeña de la familia y aspirante a escritora, es testigo de este amor en ciernes pero malinterpretando todo cuanto observa entre los dos amantes, forjándose una idea errónea de Robbie.
Briony, dirige una obra de teatro que será representada por sus primos como un regalo para su hermano Leon. Su hermana mayor, Cecilia, ha vuelto a casa después de terminar sus estudios en la universidad. Estudió en la misma escuela que Robbie, el jardinero, gracias a que el Señor Tallis le ha procurado, como a sus hijos, la mejor educación. Esa tarde Cecilia y Robbie pasean por el jardín. Por accidente rompen un florero cuyas piezas caen en una fuente. Cecilia se desviste y, en ropa interior, se echa un clavado al fondo. Desde la casa y detrás de un vidrio, Briony los observa a ambos. Esa noche, antes de la cena, encuentra a su prima y el jardinero en la biblioteca: él sobre el cuerpo de ella, engarzados, contra la pared. Cuando más tarde los primos escapan de la casa y los invitados salen a buscarlos, Briony encuentra a su prima de quince años siendo violada por un hombre indistinguible en la oscuridad. Cuando llega la policía, Briony no duda en culpar a Robbie y su testimonio firme aunque falso, separa a la joven pareja. A pesar de las protestas y lágrimas de Cecilia, Robbie es arrestado y enviado a prisión.
A grandes rasgos, Expiación es la historia de un malentendido, y de cómo alguien obsesionado con la ficción puede tergiversar los mensajes del mundo real, y alterar, para mal, varios destinos a su alrededor. Si la imaginación desbordada fue la causante de los daños, la imaginación encauzada buscará remediarlos y restituir a los personajes la historia que les correspondía vivir. La expiación a través del arte permitirá a los personajes retomar sus historias, esta vez liberados de la muerte y la temporalidad.
La película aprovecha los clichés del cine de recreación histórica (más cercano a la literatura que al cine) para que el espectador, en retrospectiva, recuerde lo artificioso de ciertas escenas, enaltecidas de la misma manera en que la memoria adorna el recuerdo y lo limpia de imperfecciones que puedan provocar dolor. Expiación pone al descubierto el doble filo de la ficción: a la vez salvavidas y trampa, y el espacio en el que un miserable puede jugar a ser Dios.
Ni siquiera la guerra o el amor ultrajado, sino una niña que tiene ambiciones literarias y que aprende, a partir de ellas y me atrevería a decir que por desgracia, a ser moral en el mundo. Puede parecer injusto que la culpa se cargue sobre una niña de apenas trece años que es capaz de hacer el mal. Pero quien lo considere injusto no comprenderá la fuerza moral de la película: que somos capaces de hacer el mal incluso cuando aún no entendemos el mundo y que nuestra imaginación - cuando la tenemos - distorsiona la realidad y nos plantea unas obligaciones hacia ella (hacia la realidad) que quizá no estemos preparados para afrontar o que, cuando lo estemos, nos pesará demasiado.

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